martes, 11 de abril de 2017

El caso Carme Chacón. ¿Puede haber límites en el respeto?


El fallecimiento de Carme Chacón no ha dejado a nadie indiferente, sobretodo por lo súbito e inesperado de éste. De hecho, el 8 de abril, el día antes de su fallecimiento, estuvo activa en twitter, para ser más exactos su último twitt fue una contestación a uno de los muchos chistes sin gracia que hizo Gabriel Rufián para intentar ridiculizar la asamblea de los Comuns.
Ciertamente, el chiste fue muy desafortunado, y obviamente que Rufián no tenía forma de saber que Chacón fallecería solo un día después de haberla utilizado para burlarse de otros (y de paso, burlarse también de ella). Al menos, tuvo la decencia de borrar el twitt.

La gran mayoría de personalidades vinculadas al mundo de la política dieron su más sentido pésame tanto a la familia como al entorno del PSC y el PSOE, mostrando empatía hacia una muerte tan súbita debida a motivos de salud y recordando los episodios más positivos de su labor política. De hecho, el Govern de la Generalitat decidió hoy concederle la Creu de Sant Jordi en agradecimiento a su labor, uno de los máximos reconocimientos que existen en Catalunya. Pero no todo el mundo ha hecho declaraciones tan apropiadas, y no han sido pocos quienes se han lanzado a cuchillo a recordar la obra política de Carme Chacón como ministra de vivienda y de defensa, agilizando los deshaucios exprés en pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria y apoyando operaciones militares bastante impopulares como la de Libia. Una cosa no quita la otra, y suele decirse aquello de "no hay muerto malo", ya que al fallecer una persona suele recordarse solo lo bueno de ésta y tiende a obviarse lo malo, pero en este caso es mucho más delicado debido a lo súbito y dramático del fallecimiento de Chacón, sola en su casa debido a una cardiopatía congénita.

Aquí podríamos preguntarnos, ¿existen límites en el respeto hacia una persona? Es decir, ¿puede alguien, debido a sus actos, no merecer el respeto socialmente establecido hacia un difunto? La primera respuesta para la mayoría sería que no, que todo difunto merece siempre un respeto, básicamente por deferencia a sus allegados, pero aquí podríamos saltarnos la ley de Godwin y plantearnos la disyuntiva: si Adolf Hitler hubiese fallecido de forma súbita por causas naturales, ¿recordaríamos solo lo bueno de él y obviaríamos todos sus actos negativos, sus crímenes contra la humanidad? Aquí parece que la cuestión ya no estaría tan clara.

Que no se me malinterprete, obviamente no pretendo comparar a Carme Chacón con Adolf Hitler, y de hecho, desde la discrepancia política di mi más sentido pésame por su pérdida a la "familia socialista". Tampoco pretendo justificar que fuera legítimo celebrar la muerte de Carme Chacón, como se ha llegado a hacer estos días por parte de algunas personalidades y formaciones políticas. Hay quienes han escrito mensajes lamentando que se hubiera ido "sin pagar sus crímenes", e incluso ha llegado a decirse que en el caso de Chacón "no ha habido justicia para el pueblo". Pero me gustaría compartir algunas reflexiones sobre el tema.

Por una parte, me parece muy exagerado personalizar con tanta dureza la gestión llevada a cabo por Chacón. Pese a que he discrepado muy profundamente con ella y estoy de acuerdo en que los "deshaucios exprés" o el apoyo a determinadas intervenciones militares no pueden considerarse como menos que crímenes (pese a caber dentro de las legalidades constitucionales y demcráticas de occidente), no olvidemos tampoco que la figura de Chacón no fue la de una lideresa totalitaria que tomara esas decisiones de forma totalmente unilateral, imponiéndoselas a su gobierno. Ocupó ministerios del estado español y realizó la gestión correspondiente a la ideología de su partido respecto a éste, seguramente de haber sido otra persona la que hubiese estado al cargo de dichas carteras hubiese realizado labores muy similares. ¿A qué podría deberse entonces que se ataque con tanta virulencia concretamente la figura de Chacón? Como siempre, es posible que me equivoque, pero me da la sensación de que se debe a su propia condición personal: al hecho de haber sido mujer, socialista y catalana.

En primer lugar, no olvidemos que fue la primera mujer ministra de defensa del estado español, hecho que ya de por sí dice mucho. Hubo quien vio ésto como un símbolo feminista, de que la mujer había conquistado un terreno tan profundamente masculinizado y patriarcal como es el de la milicia, y más concretamente el ejército español, que tiene fama de ser especialmente arcaico en esos temas. Pero por otra parte, existe la percepción, también muy patriarcal, de que es especialmente vergonzoso que una mujer asuma roles de este tipo, y en cambio a un hombre se le presupone capaz de ser lo suficientemente frío como para gestionar el ámbito castrense pudiendo dormir bien por las noches tras aprobar bombardeos a áreas donde van a morir niños. Así pues, supongo que para muchas personas el hecho de ser mujer debería implicar una mayor empatía hacia el sufrimiento ajeno, y por ello les resulta más indignante que sea una mujer quien apruebe los deshaucios exprés o gestione intervenciones militares donde van a haber numerosas muertes. No puedo compartir de ninguna manera un punto de vista tan sumamente machista como es achacar de forma determinista ciertos valores a la feminidad (o a la masculinidad), pero la asunción de dicho posicionamiento podría explicar en parte la visceralidad de los citados comentarios contra Chacón.

También está el hecho de ser supuestamente de izquierda y socialista, pese a que ya sabemos que el PSOE y el PSC tienen de socialistas el nombre y poco más, y hace muchos años que abandonaron la izquierda para situarse más en el eje "social-liberal", tendencia generalizada de la socialdemocracia europea. Pero está muy extendida la concepción de la "superioridad moral de la izquierda", y en general se ve como mucho más grave que una persona que se hace llamar de izquierdas decida llevar a cabo políticas como las que se han citado, que desde dicha concepción deberían ser más propias de la "derecha" política. Hasta cierto punto, puedo compartir este punto de vista, pero igualmente no debemos olvidar que el PSOE hace mucho tiempo que ya no podemos considerarlo de izquierdas, así que no entraría dentro de dicho marco moral. De haber sido de otro partido más a la izquierda, seguramente los juicios de valor estarían más justificados.

Y por otro lado, está el hecho de ser "catalana", ya que existe una opinión generalizada tanto en la misma Cataluña como fuera de ella de que la ciudadanía catalana en general es "más civilizada", creyendo que el ejercer violaciones contra los derechos sociales y humanos incluso desde la legalidad constitucional es patrimonio exclusivo de la "españolidad". Así pues, una percepción de la "catalanidad" como necesariamente más concienciada con los derechos sociales dejaría a Chacón como una "traidora" a estos principios, y por tanto mucho más criticable. Es éste otro punto de vista que no me es posible compartir, porque aunque sí que estoy convencido de que la ciudadanía catalana posee en general una cultura política más elevada que la media de los pueblos ibéricos, esto no significa que el hecho de ser "catalán" o "catalana" te genere necesariamente una mayor conciencia hacia los derechos sociales. Pero es otra explicación plausible que nos puede hacer entender que muchas personas dejaran de lado las convenciones sociales y decidieran recordar el "lado oscuro" de Chacón a través de las redes.

Así pues, podemos concluir que la figura de Chacón genera sentimientos encontrados, y en ocasiones éstos van más allá de la simple y sana discrepancia política y van más orientados hacia los juicios de valor, pero ésto seguramente está motivado por sus circunstancias personales: se supone que una mujer catalana socialista no debería haber realizado una gestión como la que Chacón hizo. Pero igualmente, sigo creyendo, y no voy a dejar de creerlo, que los valores son importantes, y no deberíamos obviarlos ante nadie, ni siquiera ante figuras políticas que veamos como nuestros absolutos antagonistas.

ECG.

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